Pasaporte negro

Según San Juanka

Aunque no suelo hablar de política en este espacio, el decepcionante mensaje presidencial de fiestas patrias lo amerita.

Pero el público seguidor de esta columna no debe preocuparse al creer que leerá lo que ya muchos analistas han dicho, – inflación, delincuencia, sector turismo, entre otros –, simplemente mencionaré y haré algunos comentarios sobre fragmentos que me parecieron graciosísimos.

Lo primero que me llamó la atención de nuestro "excelentísimo" Presidente es que quiere reducir a toda costa la excesiva burocracia que nos rodea. Luego de esas palabras, sólo me quedó contentarme con la intención – y digo eso porque francamente no creo que se cumpla – ya que me imagino que nuestros gobernantes por fin se dieron cuenta que el pueblo peruano pierde varias horas esperando su turno para que les hagan caso.

¿Acaso algún político de verdad o en su defecto, algún politiquero, habrá tenido que hacer su cola para que lo atiendan?... Yo creo que solamente fueron palabras de aliento para que las colas no se nos hagan tan largas como siempre.

Feliz por la incomunicación

Este subtítulo se debe a que en otra parte del discurso, Alan mostró aires de grandeza porque en el último año de su gestión las personas adquirieron en un porcentaje bastante considerable, nuevos equipos celulares. En vista que no me quedó claro esta aparente alegría, intenté ponerme en los zapatos del presidente y descubrí que éste pensará que el motivo de comprar nuevos celulares es porque hay dinero; sin embargo, yo creo que se debe a la extraordinaria cantidad de robos a la cual las personas están expuestas a diario.

También dio la impresión que tiene memoria frágil, debido a que se había olvidado de los angustiantes instantes que pasaron miles de peruanos intentando comunicarse sin éxito con sus seres queridos --porque la línea estaba sobrecargada-- luego del calamitoso terremoto que azotó Ica el año pasado. ¿Y si ahora hay nuevos celulares en el mercado, eso significará más sobrecarga en la línea?

Se desató la locura

Quiero creer que debido a la emoción, el presidente afirmó dos chifladuras: estar seguro que el próximo año se inaugurará un hospital mensualmente; y la segunda es asegurar que al paso en que va la economía, la pobreza se reducirá a un 30%.

¡Qué raro! Porque actualmente las cifras de pobreza alcanza el 45% y el ritmo promedio de descenso es de apenas de un 5% anual. Tal vez se olvidó mencionar en cuál de sus siguientes gobiernos se logrará este objetivo.