17 agosto 2009

La mirada de Lizardo

A los treinta y cinco años (35) Lizardo Castillo Balvin quedo ciego a causa de un desprendimiento de retina al complicársele la enfermedad llamada Toxoplasmosis causada por una mordedura de roedor en el almacén del centro donde trabajaba.
La enfermedad de Toxoplasmosis tiene cura si sigue un tratamiento, pero Lizardo no le dio mayor importancia, al principio ni sabia que se trataba de esta enfermedad, al recibir la mordida se vacuno inmediatamente contra la rabia, teniendo el antirrábico al costado de su centro de trabajo no dudo en vacunarse, luego siguió con su vida normal.
Jugaba fútbol, tomaba los fines de semana hacia una vida normal, al poco tiempo empezó a esforzarse para ver, veía nublado continuamente, es ahí en donde con ayuda de su jefe amigo le hacen un examen y descubren que tiene dicha enfermedad y que esta complicando la vista que si no mantenía reposo y el tratamiento se le desprendería la retina, siguió el tratamiento y descanso solo los primeros meses, y luego siguió con su vida normal haciendo desarreglos, tomando, jugando futbol, excediéndose.
Hasta que un día en pleno partido de futbol se le nubla la visión, cae al suelo y pierde la conciencia, en instante lo llevaron de emergencia al hospital y descubrieron que había pasado lo que todos temían se le había desprendido la retina y quedaría ciego.
Al principio Lizardo no quiso aceptar el echo de no volver a ver, se deprimió por un corto tiempo como él me cuenta su familia le dio esa fuerza que el necesitaba, la fuerza para vivir, para luchar, nos podemos imaginar cuan difícil debe ser perder la visión de un momento al otro y mas aun saber que fue por nuestro descuido.
Poco a poco fue superarlo su miedo a causar lastima, no se sentía inútil, tenia hijos que mantener y que necesitaban de un padre, fue a si que pudo salir del breve luto en que se encontraba rápidamente y empezar a estudiar en CERCIL un centro para ciegos, en donde aprendió a desarrollara sus otros sentidos a agudizarlos, a aprender a leer y escribir Braille, y a adaptarse a la sociedad.
Con ayuda de amigos y la fuerza de su familia, Lizardo ahora con cincuenta (50) años trabaja de administrador del personal y mano derecha del director de un centro de rehabilitación en Chosica, una persona muy hábil, inteligente y sobre todo con fuerza para seguir adelante.

“No hay nada que no pueda hacer sin mis ojos, mas que ver” Lizardo Castillo.




1 comentarios:

Gladys Rojas dijo...

Todo se puede en esta vida, nunca hay desanimarnos por más dificil q sea la situación, siempre hay un mañana y hay q sonreírle!!! Bien Lizardo!!!