13 julio 2008

Viernes: Papeles en el alféizar



Papeles en el alféizar es un espacio que está dedicado a la revisión y apreciación literaria. Entendiendo por literaria a la diversidad narrativa, ya sea en novela, cuento o prosas apátridas. Asimismo, expone la semblanza de los grandes escritores de todos los tiempos, y, desde luego, la de los movimientos o corrientes que generaron una vasta, y aún vigente, adhesión intelectual. Papeles en el alféizar es, en este sentido, la noble tentativa de hacer crítica literaria, desde un enfoque del lector apasionado, ese que sin remilgos relee la obra o los párrafos que más le conmueven, aquel que se siente reivindicado en la ficción o se identifica en las tragedias de los personajes; también del admirador que subraya las frases de su escritor favorito y ahonda en su biografía, del aspirante a escritor o de quien busca en la lectura solaz y ocio estimulante.


Me resulta difícil clasificarme según los protocolos establecidos por la sosa tradición de las presentaciones. La tarea de hablar acerca de mí, por sí misma, es embarazosa y ciertamente poco objetiva. En ocasiones, yo puedo ser muy locuaz, muy simpático, hasta atractivo, pero, casi siempre, soy distraído, indiferente, invito al bostezo y a la censura unánime, sobre todo porque encuentro defectibles algunas opiniones y sucesos que, aparentemente, son veraces e irrefutables para la gran mayoría de las gentes. Por eso, bastará decir que soy un hombre hipocondríaco, mustio y desagradablemente sentimental; con inclinaciones literarias, una aspiración poética, una dosis generosa de intuición, poca inteligencia interpersonal y --acaso lo más exasperante para mí y los otros-- no tengo una personalidad definida, precisada, fija, como lo exige la psicología. No soy un individuo esquemático y previsible. No me propongo serlo.



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