12 agosto 2008

Poema: Dos, 2, II...

En la Sierra
el día me amanece los recuerdos.
Mi corazón se apaga como las estrellas
tristemente comienza el lunes otoñal
A revivir en mí la melancolía
ya que intento recordar el espejismo de la vida
y a todo lo creado por la ausente divinidad.

Tengo ganas de reír hacia adentro
a donde nadie ve que sabor tiene la risa.
La luna se esconde por lejanas cumbres
así como la vida radiante de belleza.

Mis ojos se enfrían como
las yerbas matutinas.
Mucho he perdido
no es la luz ni la sombra
no es la loa a la democracia
no es la propaganda
a la doctrina de Carlos Marx
no es un pájaro abrazado de su árbol
pero sí es la pasajera vida que me hirió
y se fue sin dejar señal
en ningún punto cardinal.

La vida para mí tiene
mucho de ilusión de esperanza de júbilo
ya que con ella puedo
tener compasión por los jardines de Romeo y Julieta
comprender el mensaje que transmiten las calandrias
qué hacer
la vida viene a mí como el vuelo de un pájaro salvaje
y me deja
en el camino por donde dicen pasa un mar de almas
allí veo pasar muchas gentes con las manos vacías
como seres honrados en vez de ponerme
risueño calorífico y aplaudir este acontecimiento
me escondo en la tristeza oscura que el mundo me regala
y me digo
todo se acaba
la hermosura de la luna
la lluvia cordillerana
el verdor de la montaña
mi alma
ya no guarda las ilusiones de cuando sé es niño
ni sueña versos que glorifiquen a alguien
el paisaje está cerca de mí, pero bien lejos
todo es humo: mis días mi vida.

Las malas suertes siempre alumbraron
las puertas anchamente abiertas
en su angostura estuvieron
desde que en años “a” murió
un perseguido por su virtud
y antes de que viniera Judas
a botar la ventana por la casa
acá donde ni la gracia de Dios
ni la lluvia moja a todos
el vino y el pan en cada mesa
tienen un color distinto
y los manteles blancos
no siempre son dulces salobres exquisitos.

El viento le dice adiós a la cumbre
todo desaparece de mis ojos: el alba
y aparece en los abismos
donde sólo brillan los astros apagados
de nuevo pienso en todo lo creado
por la muerta divinidad
termino de vivir sin perdonar
los malos entendidos
no perdono a nadie
porque las ofensas han sido recíprocas.

Ahora pregunto cuál será el último salto
de la humanidad
cuando el sol se vaya tatuado en el verano
y el verano se oculte en la sombra de la muerte
el alma con el cuerpo empiecen a separarse
en un cruce de caminos
y venga lo que ya debe venir
Quede quedemos quedando
en la Selva oscura de Dante.

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