31 agosto 2008

El hermano del pueblo

Anduvo sobre abrojos
sobre yerbas
pisando lagunas de agua limpia
en su infancia
su corazón era grande
el mundo no podía verlo
no sentía
no dolía
sólo se afligía
con el paso de los días
con el caminar raudo de los cucos
sus sueños eran como juegos de blancas mariposas
pero siempre tristes cuando amanecía abrazado
de su destino
de su alba
de su dura estrella
el aire celeste
el frío eterno
son cómplices de sus más recónditos recuerdos
las flores moradas
de los cumbres
ellas saben cuándo
lloró
y
lloró
sobre el verde rocío de los pastos
sobre el blanco frío de la nieve
la sed que nace de los manantiales
y el agua que fluye de la tristeza
apagaban
el incendio
de su alma
y
regaban
el horizonte de su mirar
el perfume
de sus ropas acabadas por las uñas de las zarzas y por la arta miseria de su gente
no lo volverá a ver con sus ojos el eterno hermano del pueblo
ya se fue
ya se ha ido
y nunca se sabrá el porqué

ni el lugar que ha escogido.

0 comentarios: