Pasaporte negro

Si bien es cierto, el hombre desde inmemoriales tiempos tuvo la necesidad de decir cosas, ideas con palabras, mas pocas veces creo se percata del valor que tienen las mismas. Es por ello, creo que en muchos casos las utiliza totalmente mal.

Démonos cuenta cuando habla un político, principalmente peruano. Si dice 100 palabras de ésas por lo menos 70 están mal dichas. No me refiero a que sean jergas, groserías, sino más bien al vacío del mensaje que éstas transmiten y, que este usuario (político), sin ningún escrúpulo sólo, ha maltratado su significado. La pregunta es por qué ha dicen éso. Una respuesta sencilla es que ha dicho MENTIRAS, es decir ideas que ni él se las cree.

Sin embargo, las palabras puestas en un poema no creo que engañan, ya que esos no son sus fines, son otros. Y por tanto, nada más recordemos el poder que nuestro poeta César Vallejo les dio a las palabras. Es invalorable el mensaje de cada palabra con la que Vallejo transmite sus ideas, emociones, sentimientos ­ --digamos su cosmovisión del mundo--. Desde su primer libro Los heraldos negros hasta su España a parte de mi este Cáliz; el autor de Trilce demostró como pocos el poder que encierran las palabras.

Otro poeta que conoció a cabalidad el poder de las palabras es: Bertolt Brecht. La didáctica de sus poemas es muy simple en su forma, pero bien recóndita y significativa en su fondo.

Aquí algunas citas de este poeta alemán. Van dedicadas a los dueños del Estado peruano, Gobierno y empresarios:

“así somete el terror no sólo a los dominados,
sino también a los que dominan”.

Ésta va dedicada a los dueños de esta patria y al enloquecido con la doctrina de Haya, me refiero a Alan García, alias “el reforma del alma”.

“sólo mediante una excelente propaganda
Fue posible convencer a millones…”

También es para alias “el reforma del alma”.

“los ministros necesariamente informan al pueblo
cuán difícil es gobernar. Sin los ministros
el maíz crecería hacia dentro de la tierra
en lugar de crecer hacia fuera…”

Para Jorgito, el que la doctrina de Haya lo ha vuelto un lumbrera de las futuras generaciones del Perú y a todo su concejo de ministros.