Si hay una novela que expone con mayor profundidad y lucidez la naturaleza del ser humano, esa es El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, que, pese a ser una obra breve y sin ambiciones estéticas, cumple con una perenne consigna literaria: develar, a través de la ficción, la verdades más íntimas de los hombres.
Su autor, Robert Louis Stevenson, la concibió luego de una pesadilla, que fue interrumpida por el auxilio de su esposa. Inmediatamente comenzó su redacción y, después de tres días febriles, concluyó una primera versión que, meses más tarde, ya corregida, encontraría rápida demanda por parte de los lectores aquel año de 1866, para, hasta hoy, ser considerada como una obra maestra del género fantástico.
Escrita en un lenguaje sencillo pero con relente de misterio, El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde narra la historia de cómo una pócima, producto del desacierto científico, logra desdoblar la personalidad de Henry Jekyll, que es visto como un hombre íntegro, serio, que ambiciona progreso, pero, por efecto de esa droga que elaboró, se convierte en Edward Hyde, que encarna lo instintivo y abyecto que esconde tras esa respetable personalidad pública. Es así que Mr. Hyde comete atrocidades (como golpear sin piedad a una niña y asesinar a un anciano) mientras el doctor Jekyll continúa una vida normal, indiferente a las vilezas que perpetra su otro yo, pues la prodigiosa fórmula lo exime de todo sentimiento de culpa. Sin embargo, la metamorfosis, de la cual primero se siente un científico ungido, se vuelve incontrolable. Los cambios repentinos de su figura física, que provoca aversión cuando muda en Mr. Hyde, no son ya compatibles con sus rasgos psicológicos; siente remordimiento, angustia, miedo del inminente final que puede llevar a su álter ego al cadalso. Decide enclaustrarse en su estancia y deja manuscritos para Mr. Utterson, su amigo, que había emprendido una investigación sobre la extraña relación entre Henry Jekyll y Mr. Hyde, y que encontrará muerto a este último.
0 comentarios:
Publicar un comentario