22 octubre 2008

Mongolillo, pero no taradillo

Según San Juanka

Hace unas horas acabo de llegar de la blanca ciudad de Arequipa, en donde comprobé que a falta de trabajo, la maña y picardía del buen peruano siempre salen sobrando.

¡Ah! Por cierto, estamos en octubre, mes en el que se celebra esta gran festividad religiosa del Señor De Los Milagros, en donde miles recuerdan que en antaño les dijeron que debían comprar turrón, vestirse con hábitos morados y seguir como mensos a un mar humano, quienes aseguran que solamente pueden ver una imagen una vez al año cuando en realidad la encuentran a diario en cualquier capilla.

Dando una vuelta por el centro de la ciudad, me topé con un templo visualmente agradable, como justo era domingo en la mañana, ingresé al lugar y para sorpresa mía comenzaba una Misa.

Mientras escuchaba la ceremonia, me di cuenta que poco a poco la gente llenaba el lugar con su presencia, hasta que me dio la sensación que una persona... – mmm, digámoslo de manera elegante – con habilidades mentales diferentes o, por si algún inocente no entiende el término, una persona con retraso mental deseaba sentarse.

Sin embargo, no era así porque este muchacho, quien aprovechando la festividad antes mencionada; es decir, la del Señor De Los Milagros, se puso (no sé si de casualidad o conciente de la circunstancia) una camisa nada más y nada menos que de color morada.

Hasta ahí no ocurría nada inusual, salvo ver a un mongolito vestido de morado. Inmediatamente, noté que esta persona no quería sentarse; sino que solamente estiraba la mano, balbuceaba algunas palabras y si tenía suerte, algún incauto se apiadaba del pobre hombre y le daba algunas monedas. Pero aún más inusual era que repetía la acción paseándose por cada una de las bancas y varias personas caían en su jueguito.

Pese a la discapacidad de esta persona, no cabe duda que resultó mucho más avispado que varios de nosotros. Aunque tampoco digo que vivirá como rey, pero tampoco se morirá de hambre.

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