08 abril 2009

Reseña del cuento

Motivado por razones más prácticas y entusiastas, que por eruditas, he querido detenerme a reflexionar sobre la posibilidad de una probable “definición del cuento”. Tal como lo concebimos en la actualidad, el cuento es un ejercicio escrito de ficción. Sin embargo, en sus orígenes era una argumentación bastante folklórica, cuya transmisión de una generación a otra ha sido exclusivamente oral. Si bien es cierto que el cuento es una variedad narrativa de extensión limitada: algunos eruditos y creadores han coincidido en fijar una longitud de quince mil palabras. Por su parte Poe decía que la longitud de un cuento tiene que medirse con un criterio temporal y psicológico; en tal sentido, postula como duración máxima aquella que permita leer la narración de un tirón, sin que flaquee la atención; es decir, un texto cuyo reconocimiento integral requiera de media hora o una o dos horas.

Para acceder al cuento antiguo es necesario averiguar el relato popular o folklórico, el cual por cierto ya reúne características básicas del cuento que hoy conocemos. En la Edad Media desaparece la literatura popular y anónima para dar paso a la de autor conocido. Empero la originalidad de estos autores era, todavía, muy diferente de la que habría de caracterizar a la literatura moderna; ninguno de ellos se preocupaba de inventar anécdotas, sucesos, personajes novedosos, como suelen hacerse en la actualidad; por consiguiente, se limitaban a retomar y reelaborar el temario proporcionado por el nutrido repertorio tradicional. Es a partir del Romanticismo cuando el relato breve no ha cesado de acrecentar su proyección en la creación literaria, y hoy compite con la novela y la lírica.

Los aportes en estudios del cuento en realidad son muchos; aunque llenos de academicismos que imposibilitan al lector común entenderlos. Es muy probable que esto se deba al mismo hecho de que sean fundamentalmente críticos y no creadores los que han lanzado sus teorías. Es cierto, que dudar de la importancia que ha alcanzado el cuento como expresión literaria no puede ya nadie. Si nos detuviéramos a enumerar, creadores, obras; solamente peruanos, serían muchos. Y si salimos al contexto hispanoamericano la lista aún crecería más, pero no deseo hacer eso aquí. Porque soy conciente del gran auge que esta clase de texto narrativo breve ha alcanzado en la literatura latinoamericana.

El cuento es parte del género narrativo, elaborado con la intención muy específica (por parte del creador) de generar un conflicto o impresión, puede ser esta duradera o momentánea en el destinatario (el lector). El cuento es narrado a partir de una serie de macro proposiciones coherentemente organizadas, sólo auxiliadas por una autonomía semántica y formal. La característica más importante es la brevedad. Su finalidad socio-estética del cuento guarda vínculos con un poema en prosa. Se puede leer en un tiempo breve, pero no así comprenderlo. Finalmente, el cuento es una narración breve, casi siempre fingida, que trata de un solo asunto, crea un ambiente en el cual se mueve el personaje, produce, por medio de la elaboración estética del argumento, una sola impresión que es la que ofrece la emoción.

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