11 junio 2009

Una golondrina no hace el verano



Según San Juanka

No es ninguna novedad que nuestro fútbol es por lejos una de las peores cosas que tenemos; luego, claro, de nuestros desastrosos políticos.

Sin embargo, una cosa es perder con dignidad y otra muy diferente, hacerlo de la manera como lo venimos haciendo. Lo peor es que el fútbol refleja nuestra realidad y el estado de ánimo con que juegan los seleccionados, contagia a los ciudadanos; es decir, todo se hace un círculo vicioso del cual no se sabe cuándo saldremos de éste.

Felizmente, la última derrota – ante los colombianos – no fue abrumante, ni tan humillante como en otras ocasiones. Lo lamentable del caso es que el propio “hincha” ya no se la cree.

¿A qué me refiero?

Pues, antes del encuentro, pasaba por diferentes lugares y diversas personas (al menos, aquellas quienes se acordaban del “partido”) se animaban a decir el resultado final. Poco menos que aterrador. 4 – 1. 5 – 0, todos a favor de los cafeteros.

Incluso el más hincha se animaba a decir que perdíamos por 2 goles contra 1. Y ni que hablar 30 minutos luego que terminará la última humillación.

- ¿Y cuánto habrá quedado el partido?
- No importa, pero de seguro nos volvieron a golear.
- Bueno tienes razón. Ojalá que hayan sido golazos para distraer la vista.

En otras palabras, el fútbol continúa siendo – pese a todo – la máxima pasión de los peruanos cuando tenemos una amplia gama de deportes que nos podrían llenar de verdaderas alegrías.

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