14 junio 2009

Una salida con Andreita


Ni bien la vi, parada a media cuadra de su trabajo, esperándome ahí porque yo le había indicado que ahí se colocase para evitar que algún compañero suyo la vaya a ver conmigo, o más bien que alguien me vea con ella, la miraba acercándose y no paraba de odiarla, con un jean apretado y su blusa manga corta, el pelo pintado a medias con un poco de grasa en la sienes, se acercaba cada vez mas, yo sin darme cuenta retrocedía también cada vez más, me dijo “cuidado te estas yendo a la pista”, furioso volteo y era cierto casi llegaba a la mitad, la mire con furia, me dijo “hola amor” y me dio un beso en la boca, entonces la odie para siempre.

Me decía “que mi trabajo esto, aquello, me odian, se la agarran conmigo”, yo pensando a mi que mierda, aléjate un poco mas allá por favor, intenta tomarme la mano, yo apunto de inyectarle el codo en el ojo izquierdo, tomo sus cosas para que deje mis manos en paz, aun así me coge del brazo, miro a todas partes a ver si hay algún conocido, algún cobrador pendejo que se caga de risa de mi. Yo, sudando, abochornado, tratando de largarme, imaginando alguna respuesta lógica para desaparecer de las faz de la tierra o mejor aun para que ella desaparezca del planeta.
Por fin, una calle cerrada donde no se ve ni un alma, la tomo del brazo y casi arrastrándole la meto ahí, odiándola como siempre, la empiezo a arrinconar y la beso le tomo la cintura y el culo, volteo a ver si alguien nos ve, “puta madre” pasan un par de chicas riquísimas, casi de un patada la alejo de mi y me cruzo de brazos esperando que no me hayan visto, ella se trata de sobreponer, se levanta y me abraza de nuevo, me dice “ ¿me quieres?, ¿ me extrañaste?. Como te odio gorda de mierda, pienso. La agarro de nuevo y la comienzo a arrinconar, te detesto pienso, me das asco pienso, te extrañe le digo, me encantas le digo.

Trajiste las veinte lucas, yo tengo diez podemos ir al telo que esta cerca de acá, anda no seas mala te he extrañado un culo. No quiere, se hace de rogar, disforcea, me dice que siempre hacemos lo mismo, yo pienso y que mas puedo hacer contigo, ¿Porque las flacas piensan cojudeces? Al menos estas deben saber lo que valen, sigo pensando. Me hago el ofendido, elaboro un plan, si no le insisto mas, tal vez acepte, pero me dice “mañana amorcito, hoy no, estoy aún con el periodo”.

Ipsofacto la tomo del cuello y la lanzo contra la vereda, le doy de patadas, cuanto bochorno hubiera ahorrado si lo hubiera sabido desde un principio. Todo lo imagino.

La miro seriamente, le miro a los ojos, el rostro, los labios, en verdad la odiaba a esta mujer, la odiaba cada vez que pensaba en ella, la odio ahora que escribo por ella, la odio cada vez que me la tiro, asquerosa, como puedo estar contigo, pienso. Le tomo el rostro, le digo “muñeca me han llamado del trabajo, tengo que regresar, mañana estaré libre todo el día”, la beso en la frente y me largo de ahí esperando nunca jamás volver a verla, nunca jamás sentir esa necesidad de nuevo, pero con la certeza de volver a verla ahí parada a media cuadra de su trabajo tal como le indique, con esa blusa y ese pantalón y como siempre la voy a odiar, aunque mas todavía.

3 comentarios:

seguidora dijo...

No se suponía que las historias tendrían un giro distinto???

Pablo dijo...

Para Seguidora:

Te refieres a la temática de la columna?, no entiendo tu comentario.

Anónimo dijo...

Tu sincerdad como valor liteario no va de la mano con lo que muestars de tu persona en el blog.

Tal parece que por tu literatura no respetaras a las personas, menos a las mujeres, por mas que digas que sientes arrepentimientos y cosas asi se nota que lo haces y lo vuelves a hacer con gran gusto y en ello no cabe retorica...