20 septiembre 2008

¡Advertencia!

Vista, tacto, olfato, oído, gusto.

A ustedes, mis estimados lectores, saludo y agradezco su visita; lo que ingresa a su cerebro a través de sus ojos, mediante esta pantalla es el fruto de otros cerebros tanto productivos como retorcidos cuyo propósito es crear una dependencia, una necesidad, y en su mejor intención, un hábito, pues es inevitable usar esas dos bellezas que llevamos en nuestro rostro desde que abrimos los párpados cual ventanas que nos comunican con el mundo exterior hasta que lo cerramos por cansancio.

A diferencia del gusto, los demás sentidos sufren un atropello inevitable, tanto es así que vemos, sentimos, oímos y olemos cosas sin que nuestro cerebro lo alla autorizado; por ejemplo con excepción de los bebés, nadie saborea algo sin antes haberlo decidido; en cambio, los otros sentidos casi siempre son usados sin nuestra autorización: cuando salimos a la calle somos tocados por los rayos del sol o el viento , escuchando sonidos, música o ruidos de distinta procedencia sin poder decidir cerrar el oído ante tanto alboroto que no nos interesa; y de los olores ni para que describirlos ya que sería muy desagradable; finalmente somos bombardeados visualmente por formas y colores que no siempre son de nuestro agrado. La publicidad es parte de este ataque constante a nuestro órgano visual.

Esta vez encontré entre los pasillos desordenados de mi masa encefálica, una reflexión favorable tanto para la caja boba como para la Internet: son los únicos inventos, y en esto incluyo al cine, que nos permiten elegir lo que deseamos ver, y lo que es más rico: desechar lo que nos estorba visualmente.

Aunque la vida real es la que conocemos, la realidad virtual creada en estos inventos nos dan cierta "oportunidad" para mandar sobre el uso de nuestros sentidos; claro que para ejercer este poder deberíamos contar con un equipo cerebral de banda ancha cuyo principal propósito sería el de trascender y desarrollarse en beneficio propio y por ende de los demás; aunque si este enunciado funcionara así, muchas compañías importantes alegarían de ser importantes, pues su éxito radica en la estrechez mental del consumidor promedio de lo cual no dudo, usted es la excepción.

Como recuerdo haber mencionado en artículos anteriores, tratemos de sacarle el máximo provecho a todo aquello que forma parte de la tecnología tanto directa como indirectamente, siempre conservando la supremacía del cerebro humano sobre todo aquello que pretende controlar nuestras vidas; usemos la televisión o el ordenador y ordenémosle lo que queremos ver, pero sepamos ordenarles pues si al salir a la calle vemos, oímos, tocamos y olemos tanta basura, ¿no les parece que al sentarnos frente a alguna pantalla lo menos que debemos elegir para consumir es más basura?

No olvides que vivimos en una era de paradoja intelectual mientras se desarrolla un imparable avance tecnológico, se experimenta un triste retrazo cerebral; no permitas que te suceda.

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