En esta oportunidad, trataré de posicionar en el hemisferio izquierdo del cerebro de los lectores cierta regla que muchos desconocen al usar nuestra lengua castellana, a la que pertenecemos un aproximado de 280 millones de personas: La falta de tildación en las mayúsculas cuando éstas lo requieran. Este es un problema que observamos hasta en los principales diarios locales, ya sea en titulares o en el cuerpo del texto, el hecho es que se ignora que la academia nunca prohibió el uso de la tilde en estos casos.
Si bien es cierto, la estética es importante; la ortografía lo es más. Sin embargo, parece que en el caso de algunos encabezados periodísticos redactados con mayúsculas, la tilde “sale sobrando”; ya sea por estética o por ignorancia, lo único que se logra es popularizar el mal uso de las mismas, pues el lector común y tradicional toma como ejemplo a seguir los caracteres que observa impresos hasta en los más prestigiosos periódicos, y eso sin tomar en cuenta revistas, libros y otros donde se ha detectado este craso error.
Confío en vuestra capacidad de retención respecto de lo aprendido líneas arriba, pues la intención de esta columna es avanzar junto con usted respetable lector, sabiendo del poder multiplicador de una buena comunicación.
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