09 octubre 2008

Luces al atardecer

Dirección y guión: Aki Kaurismäki

Países: Finlandia, Alemania y Francia.
Año: 2006.
Duración: 80 min.
Género: Drama.
Interpretación: Janne Hyytiäinen (Koistinen),
Maria Järvenhelmi (Mirja),
Maria Heiskanen (Aila)
Producción: Aki Kaurismäki.
Fotografía: Timo Salminen.
Montaje: Aki Kaurismäki.
Dirección artística: Markku Pätilä.


De repente, curiosa a la vista con su cartel tan sobrio y lleno de independencia. Ahí entre los demás estrenos en cartelera, que eran en un 90 % de Hollywood. La escogí y recibí una gran lección por ese error.

No es una película para verla en el cine fue lo primero que pensé, y menos en la cartelera peruana.
En bien del arisco público limeño recomiendo que sea de esa manera, y, también, en bien de la película. Me inspira protegerla del ojo común y darle el título de película de culto.

Sus encuadres de vanguardia, sus lentísimos planos y sus extensos silencios caen a manera de diazepan a un público pocas veces acostumbrado a este tipo de películas, llevándolo por otros caminos aparte del fastidio y aburrimiento.

Koistinen es el guardia de seguridad de un Centro comercial. Su soledad, su tristeza, su vivir de fracasado lo lleva de una manera crónica y puntual, acostumbrándose a todo eso: a su rutina, a los abusos.

Esa manera de vivir, poco a poco, lo lleva a desear inconcientemente que ocurra algo. A veces quiere forzar el destino, a veces es imposible. Su condición de miserable lo limita tanto que él no aspira nada más. No tiene sueños.
El que conozca a una mujer así, llega como consecuencia de una vida rutinada, cuadriculada. Él, en su sorpresa nunca llega a entusiasmarse con ella, sino que la acepta y allí part
e su tragedia.

Kaurismaki revela la gran tragedia del ser humano como en sus otros filmes. Los retrata nuevamente de perdedores, de fracasados, seres innombrables que sucumben fácilmente. Koistinen es uno de esos tipos, quebrantable, claudica ante su adversidad y deja atrás el tan orgulloso espíritu humano que estamos orgullosos de tener --de esos que nos permiten sobreponernos ante cualquier adversidad--.

Kaurismaki burla todos esos clichés de superhombre que tenemos y muestra, como Buñuel, a un hombre en tragedia.

Cuántos meses deben pasar para pagar una culpa impagable. Cuántos meses deben pasar para recibir castigo por algo nunca hecho. Tal vez la justicia del azar cae y prolifera en los seres menos afortunados. Cientos de años dan fortaleza a esa lógica, que puede o no puede caer, absurda en sus presunciones, a merced del caos, como siempre, sorprenderá al mismo Kaurismaki, como su personaje una vez mas, con esos ojos tristes, tiernos, con esa media sonrisa mal dibujada, desde el suelo, levantar la mirada una vez más. Esperemos que, como en esta ocasión, haya una mano en quien apoyarse. Suerte querido Koistinen.

Como una cuestión personal, debo decir que me enterneció totalmente este filme. Una antifábula que no termina sien
dolo, complicada y llena de sentimientos. Sería incapaz de criticarla negativamente. Su hora y veinte de duración, si bien son pesados, representa un mal dia de cualquiera de nosotros, a veces insoportable, tedioso, pero necesario, es un día más que a pesar de ser negro nos deja entre las sábanas y la almohada pensando seriamente, a veces, con esa humedad salada en los ojos: Puta madre espero que mañana sea mejor.


Una mención aparte merecen los tangos de Carlos Gardel, en esta cinta finlandesa, acompañando al inicio y al final de la pelicula. Marcando el tempo de una historia inacabable, una historia que se da, día a día, y se volverá a dar mañana.


1 comentarios:

Daniela dijo...

error? yo consideraria una mala eleccion, mas no error, si bien es cierto no era para verla en el cine como dices, ni menos tan tarde, pero en lo que coinsido contigo es que esta llena de ternura y planos espectaculares.Tuviste un buen punto vista, se ve que te metiste en la pelicula y fuiste mas alla, coinsido totalmente contigo.Muy bueno.