12 noviembre 2008

Come más, paga menos

Según San Juanka

El hambre y los bolsillos ajustados son la peor combinación que puede existir.

Siendo ya la hora del almuerzo de un día cualquiera, revisé mi economía; es decir, miré cuánto dinero cargaba en el momento y me llevé una sorpresa desagradable porque apenas me alcanzaba para un menú en algún mercadillo de mala muerte.

Cada vez me desilusionaba más porque al echar una ojeada por la calle, el lugar más cercano en el que podía merendar se encontraba a varias cuadras de donde estaba y encima había un sol reverberante que hacía mucho tiempo no se veía en las nubladas calles limeñas. No quedaba de otra: quemarme bajo el sol de mediodía.

Al llegar al mercado la tensión aumentaba considerablemente porque ya no les quedaba comida, al parecer llegué un porque tarde. Sin embargo, me tranquilicé cuando vi que aún quedaban algunos puestos que podían atenderme.

Sentado esperando que alguien se acercara a tomarme la orden, pensaba que un solo plato me quedaría "en la punta del diente".

Cuando se acercaron a atenderme, dijeron que había el clásico menú de S/. 3.50 que incluía sopa de casa; es decir, agua, fideos y un poco de sal. Por curiosidad, pregunté cuánto costaba el segundo solo, a lo que me recibí la habitual respuesta de S/. 3.00.

¡Que bien! Pensé. Si el segundo solo estaba tres soles, entonces la sopa sola debía costar 50 centavos. Por lo que pedí entusiastamente que me traigan seis sopas, pensando que igual me costaría igual que un segundo solo.

Para mi mala fortuna me dijeron que no salía solamente la sopa y de todas maneras tenía que pedir el segundo.

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