05 noviembre 2008

El limosnero pituco



Según San Juanka

Harapientos, sucios, descuidados y su cara reflejaba la impotencia de no llevarse alimento alguno durante varios días. Solamente tenían una cosa: una vieja guitarra que aún sonaba.

Recuerdo bien ese día. Comía un apetitoso y sabroso helado mientras me dirigía al paradero cuando a lo lejos observé a estos dos tipos que se les hacía agua a la boca al ver mi helado.

- Todo Arequipa – me distrajo la voz de un cobrador "jalando" gente.

Sin perder tiempo subí al vehículo por temor a que estas personas puedan "cuadrarme", sin embargo, antes de sentarme oigo una voz: "Bueno, tengan todos ustedes muy buenas tardes..." eran estos pobres hombres quienes miraron lujuriosamente mi helado. Aunque en ese momento, dentro del carro, sentí seguridad.

Previa advertencia de que su bolsita con Olé Olé se les había acabado, comenzaron el repertorio.

Realmente tenían una voz impresionante y todo el auditorio, que incluía al conductor y cobrador, quedaron sorprendidos ante los temas.

Cuando ya estaban terminando la segunda canción y preparándose para pasar la gorrita, un ruido extraño hizo que todos se quedaran mirando al cantante.

Se trataba de su mamá quien lo estaba llamando a su celular de última tecnología, que incluía cámara fotográfica y filmadora. Y para colmo de males, este limosnero pituco le contestó: "Sí mamá, almorcé un lomo con huevo encima."

Antes de la llamada, todos los pasajeros ya estaban con su sencillo en la mano; pero al escuchar el celular de este supuesto pobre, todos devolvieron el dinero a sus bolsillos.

Por si fuera poco, el protagonista tuvo la osadía de pedir perdón por el contratiempo y continúo cantando, aunque en esta ocasión nadie le prestaría atención.

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