Una historia de jóvenes que se van de aventura y se encuentran en un lugar desolado por desgracia de alguno y se ven obligados a cobijarse en un hotel que por decir lo menos guarda alguna historia espeluznante.
El idiot plot, para los que no conocíamos la palabrita, es el cometer la mayor cantidad de estupideces posibles para ser asesinado, (Plot en realidad vendría a ser el tramado de la historia e idiot, bueno todos sabemos lo que es) sea entrar a un lugar oscuro, ser curioso hasta lo descabellado y ¿Porqué no? querer dárselas de héroe. Me explico, para los que hemos visto alguna vez una de estas películas que estoy seguro hemos visto, es la parte en donde el joven o la joven entra a una habitación porque escucha un ruido extraño para en un segundo ser degollada por el asesino o el fantasma o cualquier antagonista innombrable.
Esto no se da por supuesto con una música de marcha ni trombones ni trompetas, según la escasa creatividad esto se irá dando con una especie de violines y chelos que van subiendo la velocidad y el volumen, mientras el personaje se va acercando a la habitación, el tempo de la música va cambiante llevando, o al menos intentando inmiscuirnos en su miedo cojudo, casi nunca lo logra, pero vaya que hay un sobresalto cuando de repente atraviesa por la puerta y de espaldas al protagonista una sombra muy sospechosa, es entonces donde esta musicalización operática llega de repente a un estruendo colosal, fantasmagórico y tenebroso, que al que menos se le cae un poco de cancha de la boca por la impresión. Impresión totalmente forzada y desproporcional al miedo “fundado”.
Escalofríos tiene todo los clichés que podemos observar en estos filmes predecesores, el idiot plot mencionado, las dos jóvenes parejas y el chiquillo torpe, (que se accidenta), que primero se le de muerte a los que estaban en la cama nos recuerda un poco a Viernes 13, entre muchas más.
Los diálogos infantiles y de telenovela, nos llevan a historias poco relevantes que no llegan a trascender a lo largo del filme, luego haciendo preguntarnos para que estuvieron ahi.
No todo es de terror en Escalofrío o como se llama originalmente Fritt vilt, (dificil de encontrar como Escalofrío), los parajes mostrados llenos de nieve son de lo mejor de la película, que aunque no llegan a ser espectaculares aligeran un guión que lejos de ser original, sucumbe en errores repetidos una y otras veces por su propio género.
No la odio pero me parece excesivo que una película tan mala llegue a merecer ser estrenada en cartelera local, cuando muchas películas peruanas mucho mejor hechas y mucho menos presupuesto pugnan por una oportunidad de estreno en Lima; El Tunche, Jarjacha, Soledad.com, son algunos ejemplos de filmes nunca estrenados en Lima, al menos en cartelera comercial y salas comerciales.
Lo poco dicho de la película sinceramente es lo que muestra, como siempre no la voy a “no recomendar” porque siempre es un gusto ir al cine y algo bueno sacamos o una sonrisa o un pensamiento, pero, insisto de nuevo, ¿Es necesario traer desde Noruega estas películas, cuando a la vuelta hay variedad de donde cosechar?
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