19 noviembre 2008

Gracias

Según San Juanka

Día ajetreado, trabajos por doquier y sin cabeza para ordenarme correctamente. Muchas, pero muchas cosas impostergables tuve que realizar ese día, tanto así que llegó un momento en que pensé de que se trataba de una pesadilla; pero no desperté.

Y no crean que soy "dejado" por dejar las cosas a última hora. En el transcurso del día recibí llamadas que cambiaron drásticamente lo que tenía planificado. Incluso tomé decisiones alocadas y sin pensar cuál sería la mejor posibilidad, pero gracias a un cobrador que quiso pasarse de astuto conmigo, reorganicé mi ocupada agenda.

Cuando estaba en camino para mi próximo destino del día, pasa el cobrador por el pasaje. Cuando llegó a mi sitio, pagué como es de costumbre y esperando mi vuelto, solamente me dio un boleto y cuando le pedía el vuelto que me correspondía me preguntó extrañado: ¿cuál vuelto?

Empezando a molestarme porque creía que no le daría la gana de cobrarme lo que todos los días me cobran hasta el mismo lugar, le respondí: ¿Cómo que cuál vuelto? Si todos los días me cobran lo mismo hasta allá (mencionando el lugar al que me dirigía).

- No, no. Acá no se cobra así. Se paga lo que es – respondió groseramente este tipo.

Sólo pensé que no estaba dispuesto a regalar mi dinero y mucho menos a un patán. Así que le pedí mi dinero de regreso y seguidamente bajé del vehículo. Pero al parecer, se quedó "picón" por mi reacción y como quiso quedarse con la última palabra, dijo: "Bueno, no me importa que te bajes".

Casi me carcajeo en su cara al escuchar esa respuesta porque a qué cobrador no le interesa que su carro esté vacío.

Sin embargo, pese al momento, sólo puedo decirle gracias a ese cobrador porque bajé en un paradero en el que, por cosas de la vida, me ayudó a reorganizar el esquema que había pensado.

0 comentarios: