15 diciembre 2008

El dolor de amar

¿Qué es el amor? Sino el placer ingenuo de soñar, un recuerdo vago que se pierde en la mente, un beso corto que se complica con la razón y que inocentemente se viste de felicidad, una palabra que tiene miedo de salir, un instante vivo que parece muerto, quizá una fotografía borrosa en un porta retrato, una voz que se corta por el temor.

Las imágenes conspiran en contra de su creación, le toman por fuerza y se apoderan de su cabeza, de su lápiz, de su ser…

Un artista extenuado frente a un lienzo inconcluso, unos acordes de guitarra y una multitud expectante de una voz, los sonidos etéreos de una recamara oscura llena de pasión, un abrazo calcinante sobre un cuerpo frió, y una miranda alegre que azota cual látigo desgarrando la equidad.

Recuerdo…un momento de silencio, unos ojos que brillan bajo la luz de una luna opaca no quiere escribir eso; sin embargo, todo nace espontáneamente, una mirada esquiva y cobarde que busca reforzarse en el cielo, una lágrima que viaja por una mejilla para luego suspenderse en el aire hasta estallar sobre la palma temblorosa de un ser infeliz.

La sonrisa de un niño desvalido y la caricia sobre su rostro, un gesto de amor, un mundo paralelo en donde todo se puede hacer, una masa eufórica gritando sobre un césped, un título logrado, un idilio entrañable e insoluble y el rostro de su amor, un cuerpo tendido ya sin vida, el recuerdo de una madre y el tierno abrazo de un padre.

Un novel aspirante a escritor que observa cómo un lápiz y una hoja juegan a hacer el amor, una mano que sabe que más escribir y una lágrima que cae nuevamente sobre el papel; un desazón doloroso que castiga un corazón, la voz de su musa que se hunde como un puñal sobre su pecho.

El amor puede que tenga la fuerza como para salvar al mundo, sin embargo al igual que el odio convive antagónicamente entre nosotros. Nadie tocó alguna vez el amor, un sentimiento abstracto y complicado, el cual inconciente o no, hemos sentido y estoy seguro que en más de una ocasión hemos brindado. Si hay una sola forma de odiar, con la furia y la ira, hay muchas maneras de amar…

Amor, desearía que mires y no voltees jamás, como quisiera que me abraces aunque sea en un acto de buena fe…
¿Querías hacerme daño? No, no sigas… ya lo lograste.

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