30 diciembre 2008

Heraud y Martí en sus cartas

Resulta importante comparar el talento y sensibilidad con la que estos autores se dirigían a sus seres queridos, cada uno en distintas épocas pero juntos en pensamiento luminoso de amor y fraternidad hacia los suyos. Fernández Retamar comparó a Vallejo con Martí y aquí lo haremos también con Heraud porque es evidente la influencia libertaria que el pensador y poeta cubano le da mediante sus escritos al joven poeta peruano.

Martí, una de las figuras más altas de la historia y la literatura de América Latina, reunió en su corta vida dos caracteres poco comunes: la de héroe de la independencia de su patria y autor de una obra literaria de gran riqueza”. Para mí la patria no será nunca un triunfo, escribe en su carta testamento del año de su muerte, sino agonía y deber”. Heraud, antes de partir de La Habana el 3 de enero de 1963 escribió:

Querida Madre:

No sé cuando podrás leer esta carta. Si La lees quiere decir que algo ha sucedido en la sierra y que ya no podré saludarte y abrazarte como siempre. ¡Si supieras cuánto te amo! ¡Si supieras que ahora que me dispongo a salir de Cuba para entrar en mi patria, abrir un frente guerrillero pienso más que nunca en ti, en mi padre, en mis hermanos tan queridos!...

Martí, a los dieciocho, ya se había convertido en un brillante articulista político comprometido con el lema de patria y libertad que orientaría toda su vida. Heraud a los dieciocho años tenía un poemario publicado y sus ideales definidos, maestro de colegio, etc. En ambos no sabemos bien si su escritura es su vida puesta en renglones o si su escritura endereza hemisferios de agradecimiento, son escritores y hombres de acción, desde la adolescencia, casi desde la niñez. Su creación literaria es, en gran medida, el reflejo de su preocupación y de su acción política, su actividad revolucionaria se acompaña de desgarrantes versos y guiada por la lucidez penetrante de su visión poética.

Martí: “Ahora hay que dar respeto y sentido humano y amable al sacrificio... Si ella me manda conforme a mi deseo único, quedarme, me quedo en ella; si me manda, clavándome el alma, irme lejos, también tendré ese valor... Pero mi deseo único será pegarme allí al último tronco, al último peleador, morir callado, para mí ya es hora...”.

Heraud: “Voy a la guerra por la alegría, por mi patria, por el amor que te tengo, por todo en fin... No me guardes rencor si algo me pasa. Yo hubiese querido vivir para agradecerte lo que haz hecho por mí, pero no podría vivir sin servir a mi pueblo y a mi patria. Eso tú bien lo sabes, tú me criaste honrado, justo, amante de la verdad, de la justicia.

Porque sé que mi patria cambiará, sé que tú también te hallarás dichosa, feliz, en compañía de mi padre amado, de mis hermanos, que mi vacío se llenará pronto con la alegría, la esperanza de la patria.

MARTÍ

Madre mía:

Hoy, 25 de Marzo, en víspera de un largo viaje, estoy pensando en usted. Yo sin cesar pienso en usted. Usted se duele, en la cólera de su amor, del sacrificio de mi vida; y, ¿por qué nací de usted con una vida que ama el sacrificio? Palabras, no puedo. El deber de un hombre está allí donde es más útil. Pero conmigo va siempre, en mi creciente y necesaria agonía, el recuerdo de mi madre.

HERAUD

Arica, 1 de Abril de 1962

Queridísima Madre:

Creo que los extrañaré más cuando pienso en la despedido tan corta que tuvimos. ¡Todo tan rápido!. Me olvidé de los últimos detalles, de agradecerles a ti y a mi papá todo lo que habían hecho por mí, y tantas cosas más...

MARTÍ.

... Abrace a mis hermanas y a sus compañeros. ¡Ojalá pueda algún día verlos a todos a mi alrededor, contentos de mí! Y entonces si que cuidaré yo de usted con mimo y con orgullo. Ahora, bendígame, y crea que jamás saldrá de mi corazón obra sin piedad y sin limpieza. La bendición, su. José Martí

Tengo razón para ir más contento y seguro de lo que usted pudiera imaginarse. No son inútiles la verdad y la ternura. No padezca.

HERAUD.

La Habana, 9 de junio de 1962

Queridísima mamá:

Yo creo que lo mejor que podemos hacer es no desesperarnos mutuamente. En 2 meses que llevo aquí he recibido sólo 4 cartas, en cambio yo te he escrito como 30 ¿por qué? porque yo sé cómo eres tú, que te preocupas por todo, que siempre estás pensando cómo estoy y etc. y etc.

El amor maternal también es característica en sus documentos literarios, ambos apelan a la subjetividad y a la retórica para darles más sentido y emoción para que así el lector quede convencido que fueron poetas y hombres de grandes ideales.

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