25 diciembre 2008

La eternidad de Dickens: Un cuento de Navidad

Suponiendo que hayan sido visitados anoche por los tres espíritus de la navidad; pasada, presente y futura, estaremos de acuerdo que hoy es un día por decir lo menos, especial y en consecuencia con nuestros actos, agradable o un poco gris, nunca oscuro.

Hago esta introducción para recordarles que hace dos semanas los invite e incluso les pude proponer algunas cuantas películas que son necesarias ver en navidad para poder tener ese sentimiento que dura tan poco, un poco más. Horas más o al menos minutos más, de lo que podemos tenerlas.

Una de estas películas era la adaptación de “A Christmas Carol” (Un cuento de Navidad) escrito por Charles Dickens en 1843, esta vez puesto en escena por Disney e interpretado por Mickey Mouse, Mac Pato, Goofy, etc. Hubieron otras adaptaciones incluso musicales uno de ellas muy conocida e interpretada por el inglés Albert Finney, pero de eso ya hace mucho.

Un cuento de Navidad, tratada de esta forma, con personajes conocidos para nosotros, es un mensaje palpable y directo para niños, adultos y cualquier ser humano existente. La posición del avaro Ebenezer Scrougge respecto a las posesiones materiales y al dinero simboliza de una manera perfecta a la sociedad cada día más consumista, demuestra de cómo el hombre ha dejado de ser un “ser humano” para convertirse en un “hacer humano”.
El socio redimido en la muerte representado por el torpe Goofy nos trasluce la incompetencia de esta forma de vida y un futuro oscuro para los que la practican.


Mickey en su ternura y en su paciencia contempla a pesar de su pobreza, la tibieza de una estufa en un invierno helado, siempre dislumbrando una lucecita de esperanza y viendo siempre el vaso medio lleno y no medio vacío.

Los tres espiritus que a la vez representan las navidades del pasado, presente y futuro; estan magistralmente interpretadas. Pasemos uno a uno.

El espiritu de la Navidad pasada es representada por el pequeño Pepe Grillo, quien fue algún momento la conciencia de Pinocho.
Si bien es cierto todos somos cosecha de lo que sembramos en el pasado, la pequeñez de Pepito nos dice que, vaya, aún se puede cambiar, los problemas no son tan grandes, la insignificancia de su tamaño pero la profundidad de lo que fue alguna vez (conciencia) hacen reflexionar acerca del pasado y como tomamos las cosas en un determinado momento y nos plantea si en este momento las plantearíamos igual. No todo esta dicho y aún nadie esta sentenciado por su pasado, se pueden cambiar las cosas.

La dimensión del segundo espíritu de la navidad caracterizado por el gigante Fi Fai Fu de “Juanito y las habichuelas”, nos hace ver que realmente todo esto si no nos corregimos en su momento fue creciendo de una manera considerable y casi incontrolable, el presente nos agobia con problemas por lo que somos, o por lo que fuimos, pero la torpeza del gigante representa que no todo es tan difícil de resolver, siempre hay una solución a problemas que parecen imposibles de sobrellevar. Es momento de enfrentar los problemas aunque sean monstruosos.

El tercer espíritu es oscuro, siniestro, como salido de pesadillas, Pedro maloso lo hace espectacular, con su fuerte voz y una risa más que socarrona sólo ríe de nuestro triste futuro el cual es irnos para abajo junto con el avaro y miserable a la vez Ebenezer.

Lo que viene después, ya es cosa de ustedes, es totalmente inaceptable no ver estas fiestas “La mágica navidad de Mickey” que a partir de una obra maestra como la de Dickens, reposa bajo su sombra una excelente versión para niños, adultos, viejos y cualquier especie que tenga ojos y que aprecie la navidad como cuando éramos niños.

No comentar sobre el lev motiv de cambio para Ebenezer sería tanto como decir que no es importante, el pequeño hijo de Bob Cratchit, Tim quien padecía de una enfermedad y a pesar de ello tenía un corazón muy grande y una capacidad sorprendente para, de lo que se trata la navidad, dar. Esto, a vista de Scrougge le causa una ternura que no había sentido hace mucho tiempo y algo en él brilla de manera inesperada, el sentido de pensar en los demás, a partir de ese momento cambia el viejo avaro Ebenezer para convertirse en un hombre nuevo.

Espero con estas pocas líneas haberles sembrado la semilla al menos de curiosidad respecto a este film animado y que traten de verlo antes que termine el año. Sin más que decirles, espero este día haya sido de gozo, compañía y reunión con los seres queridos. Un abrazo de La Cuarta Pared, y el equipo de Pasaporte Negro, en este día especial, sin duda el más especial de todos. Un abrazo fraterno.



A continuación Un cuento de navidad, en tres partes; disfrútenlo:











Segunda parte



Tercera y última parte




¡FELIZ NAVIDAD!

1 comentarios:

Gladys Rojas dijo...

Me encanto como escribiste sobre un cuento de navidad pero la de disney, soy fanatica de disney y me encanta y de hecho la voy a ver porque siempre me hace recordar q esa epoca es muy especial y más pasarla con la familia te hace recordar q es magico como ese dibujo. Feliz Navidad!!