06 diciembre 2008

Nostalgia provinciana

La comunicación es una función muy importante ejercida por los seres humanos cuando éstos lo necesitan, vale decir, entonces, que la comunicación es una necesidad. Sin embargo, hay quienes no la usan, o, mejor dicho, le dan un uso mezquino.

En esta oportunidad, me permito hacer una comparación entre dos tipos de personas; por un lado, los capitalinos, y, por otro, los provincianos. Y lo hago porque a diario me relaciono con diversos tipos de gente, pudiendo evaluar empíricamente sus diálogos tanto entre ellos como conmigo, por ejemplo:

Según mi percepción, cuando una persona de provincia se comunica, logra generar confianza puesto que su forma de expresión connota inocencia y sinceridad, al no usar eufemismos ni posturas falsas. La acogida, es otra de las características de la gente que vive fuera de la metrópoli, por ejemplo hoy dialogué, en el auto que conduzco para transportar pasajeros en el centro de lima, con un iqueño y honestamente fue tan agradable y confortante el ambiente que dejó entre las personas que viajaban dentro del vehículo, incluso hasta el final de la conversación cuando manifestó lo siguiente:

“Lima es para los limeños porque yo no quiero estar ni un minuto más aquí, he llegado por un encargo, pero ya me voy a la agencia para regresarme”

Y concluyó así:

“Me voy de tu Lima, tan agitada, pero los espero por favor visiten Ica para la vendimia, les va a gustar que Dios les bendiga”.

La sinceridad con la que se expresó me dice mucho de la forma de comunicación más adecuada para conservar las relaciones humanas entre nuestra gente.

En síntesis, los que vivimos en la capital somos un poco más desconfiados en nuestras expresiones y nos caracterizamos por la típica “criollada” aprendida desde pequeños y acompañada por un toque de picardía y a veces maldad.

“Aprendamos a comunicarnos no sólo con las palabras; sino, también, con el corazón.”

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