11 febrero 2009

Asiento reservado para personas no adecuadas


Según San Juanka

Sorprendido quedé cuando hace un buen tiempo el gobierno obligó a todo transportista público a tener asientos reservados para personas discapacitadas, embarazadas, madres con bebes en los brazos y ANCIANOS.

Ahora, quiero hacer hincapié en el último punto: Ancianos, viejos, vetustos, abuelos, arrugados y otros sinónimos.

Tal vez pueda equivocarme, pero el concepto que yo tengo de alguien de la tercera edad y quien se merece el asiento debe ser una persona que le cueste, incluso, mantenerse de pie.

Y ¿por qué insisto en este concepto extremista? Pues, en realidad, al igual de sorprendido que quedé por la medida del gobierno, también me asombra de sobremanera que muchos de mis congéneres (jóvenes tanto hombres como mujeres) cedan el lugar a señoras y señores con algunos años encima, varias arrugas y muchas canas o, a veces, cabellos pintados; pero que tranquilamente pueden viajar asidos de los pasamanos y que por supuesto, no necesitan que les den el asiento.

Imagino que ya estarán pensando en galardonarme como “Malcriado del 2009” o “Descortés del año”; no obstante estoy convencido que este tema algo escabroso es simplemente idiosincrásico debido a que en el asiático país de Japón hasta la más “pasita” de las personas se molesta cuando cualquiera les ofrece el lugar ya que se sienten insultados en su calidad de personas.

Ahora, con esto no quiero decir que pensemos como japoneses o asiáticos, simplemente debemos darnos cuenta que el objetivo de los asientos reservados son para personas discapacitadas, embarazadas, madres con bebes en los brazos y ancianos con edad bastante avanzada y necesiten apoyo para sostenerse por su cuenta.

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