07 febrero 2009

Mi producto, mi hijo

Una de las empresas mas grandes que alguien puede emprender en la vida es la de tener que asumir la gran responsabilidad de criar y formar a un ser humano cuyo producto terminado pasará por el mas estricto control de calidad impuesto por la sociedad en donde le toque vivir.

Desde la etapa de gestación, sus primeros balbuceos, sus primeros llantos, sus primeras palabras, sus primeros programas de televisión, sus primeras pataletas, sus necesidades, etc. Todo eso hay que saber manejarlo, ya que cada cosa cuenta para su formación pues no hay que esperar a que tengan edad para sentarlos frente a un pizarrón e imponerles una enseñanza, sabiendo que estas se deben dar en la práctica diaria; pero para esto primero debemos aprender lo que talvez no nos enseñaron nunca, actualizar nuestra información renunciar a todo lo que nos hicieron creer que era correcto, pero que en realidad nos perjudicó; para luego pasar a las nuevas enseñanzas que entrenaran y ensamblaran la personalidad de este nuevo ser.

Seguidamente veámoslo en forma didáctica: cuando uno forma una empresa es obvio que el principal objetivo es tener éxito, ser competente brindando el mejor producto y así ocupar el mejor lugar en el nivel de preferencia del mercado, y esto no se logra empíricamente. De la misma forma debemos preocuparnos en preparar a nuestros hijos para que ocupen el mejor lugar en el nivel de preferencia de la sociedad, ya sea como estudiante, obrero, vecino, profesional, esposo, etc. Procurando lograr su realización en medio de una cultura de amor y libertad.

Existen muchos lugares donde brindan orientación para padres; libros; profesionales en psicología infantil y matrimonios.

No esperemos que este articulo sea suficiente, solo pretendo presionar el botón para que vuestro foco de la sabiduría se encienda pues es de sabios escuchar un consejo pero es mas sabio el que lo pone en practica inmediatamente.

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