02 mayo 2009

Primeras veces

Siempre considero moderadamente que las primeras veces en una relación que empieza son de alguna manera más recordadas por las chicas que por los chicos, no me malinterpreten, sólo que no es una característica nuestra recordar algunos detalles que tal vez consideramos inconcientemente relevantes.

Me explico; el que no recordemos el color del borde de la pashmina (poncho nice) que nos mostraron un martes por la tarde mientras caminaban por el ovalo Kennedy, no significa que no nos interese y si es que en realidad les gusta sería una buena opción decirlo, somos simples, los hombres odian las indirectas, todo ese juego mental que termina en alguna posible discusión o pelea tonta por no recordar alguna que otra cosa que escapa nuestra mente cavernícola, porque asi es, somos simples.

En realidad me gustaría tener una memoria más audaz que me permita recordar cada simple detalle que a ella le gustaría, vaya, el nombre de una amiga de ella, una canción que menciono, una frase que dijo algun momento feeling y todo ese tipo de cosas, pero no es asi, caigo y recaigo trágicamente tratando de recordar y no sin mucho esfurzo consigo gesticular alguna frase aprobatoria o sumergirme en algun floro como; “no lo recuerdo porque en ese momento sólo te miraba a los ojos”, “es que eres tan linda que me distraes inexorablemente” o alguno de esos floritos de escape que nunca terminan de dejarte bien parado sino al contrario, te hunden más y ella misma no tardará en joderte o “bromearte” de florero, a cada cosa que le digas sonreira (cachacientamente) y te dira florazo y luego reira. A veces pasa.





El primer encuentro cercano del tercer tipo

A veces las salidas al cine o los besos en su sofá llegan a ser paupérrimamente insatisfactorios para nuestra ganas o ansias de ella, nuestra edad nos permite una rutina medianamente aceptable de sexo y la costumbre, por fuerza mayor nos exige actividad sexual, ya que a nuestro apendice colgante no le podemos explicar que recien llevamos un mes o dos meses con ella, es más, su naturaleza fáctica le ha enseñado que el que no ataca pierde, y se ocupa de embestir una y otra vez el contracierre de tu pantalón, que henchido ya busca encontrar un lugar de reposo cálido donde estacionarse y evitar la lluvia venidera.

La cantidad de veces que nos iremos a casa casi de madrugada con el calzoncillo húmedo se iran incrementando, al igual que nuestras manos iran avanzando y constituyendo un sólido norte asegurando un par de montañas para luego suavemente, ante los desplantes de ella, atrincherarse en la zona sur, no sin antes escuchar con una voz un poco más seria;-“hey esa mano” o “hey no seas mano larga”, aunque a veces, en realidad muy pocas, es acompañada de algunos suspiros o algo más que nos visan a entrar a nuevos territorios.

El sofá se vuelve pequeño, la ropa comienza a estorbar y esos besitos tiernos se convierten en largos besos húmedos, exploratorios, mordidas de labios, succiones, besos en el cuello, mordidas en la oreja, te conviertes en un pulpo, tus manos recorren su espalda a la misma velocidad con la que intentas desabrocharle el brasier por encima de la blusa, los masajes en la espalda aumentan, los besos, las caricias, una mano recorre una nalga y encuentra a la otra y ambas hacen fuerza y se unen para subirla a un escritorio en donde tu en medio de las piernas comienzas a soñar con un probable éxito esa noche, de pronto;-Espera!!!!, no aún no, disculpa, sorry no quise que pase esto- o cualquiera de las miles de excusas que suelen dar cuando piensan que van demasiado rápido.
Tù, con la camisa desecha y el pantalón casi reventando, tendrás que sobreponerte y regresar a tu temperatura actual vaceándote una cubeta de hielos en el calzoncillo y ni asi apaciaguaras al pobre “Ñaño” que, como fáctico que es , había casi asegurado un fiestón esa noche.

Me disculpo con ella por supuesto y no dejo que se sienta completamente mal por la situación, se que la mayor parte del calentonazo que nos dimos fueron por mis “insistencias” aunque le recuerdo siempre lo bien que ella me pone, y bromeo sobre lo feliz que ella lo pone al “Ñaño”, que a esas alturas estaría botando la primera lágrima por no consumar su benevolencia. Busco que una relación nazca entre los dos, para que luego ella tenga ganas de conocerlo y hasta le ponga un nombre.

Los calentones seguirán dándose cada vez más seguido, ahora en cualquier lugar oportuno, supongo que ahora la curiosidad la tendrá ella y seguiremos con esos juegos o mensajes de texto o mails, que traten sobre este tema, hasta que un buen día o mejor aún, una noche en la que la invitamos a la habitación donde humildemente vivimos, acepte acompañarnos a tomar un buen vino y ver alguna película, sugestiva o romanticona estratégicamente escogida.

La habitación, la película, los dos, el vino, ella, sus labios, tus manos, sus ojos, tus labios, sus manos, la ropa en el suelo, en la TV la última escena de Closer (¿Closer?), CONTACTO!!!!, bien todo bien hasta ahí, indudablemente fue maravilloso para ambos asi suene lo más cursi que puede sonar, es momento de ser cursi, de ser un caramelo con ella, tengo que limar al bruto, al cavernícola y corresponder esa ternura inmerecida totalmente.

Los años de sexo casual posiblemente llevan a uno a ser lo más puntual posible, ir al grano en otras palabras, sortear los protocolos de besos, abrazos y detalles por un conjunto de acciones específicas semejantes a las de un simio, el cual es tener un coito agradable, terminar y largarse lo más pronto posible.
Afortunadamente esa ternura de ella y las caricias y besos llegan a domesticar de manera sublime a la bestia enraizada que tengo en las bolas para ser lo más delicado y lo más tierno posible, que es lo que ella se merece teniendo en cuenta que es su primera vez.

Agradablemente compruebo que en realidad es algo intenso y fuerte lo que uno tiene con ella, ya que la abrazo con el mayor cariño después de haber terminado y no me dan deseos de largarme como tantas veces lo he deseado hacer con alguna otra mujer indeseable, sino que deseo pasar la noche con ella, es placentero realmente.

Última escena de Closer, no es un peliculón pero esa canción fué un fondo apropiado, afortunadamente el encuentro duró más que la canción.












La primera visita a la ginecóloga

Establecido este fortuito encuentro del cual nos salvamos de algún encargo a plazos (9 meses), tomé (ella la tomó) la decisión de visitar a una ginecóloga para que la revise y vea que anticonceptivos debería tomar, porque la verdad a mis 25 años estoy ya bastante cansado de jugar a la ruleta y dada mis condiciones de trabajador independiente (vago autorizado), y mi poco sentido de la responsabilidad, un bebé es lo menos que podría pensar, es más a ningún nonato a estas alturas le desearía el mal de ser yo su padre, asi suene de duro y asi sonría cuando lo digo.


Debo decir que sentado en el sillón de la sala de espera del consultorio, al costado de jóvenes con sus madres me sentía con la menor autoridad moral posible, ya que ellas acompañaban a sus hijas por algún culpable talvez no habido, al contrario de mi que estaba presente haciéndoles compañía hojeando un Peru21 un lunes por la tarde, leyendo a Bayly sobre su visita a un concierto en Buenos Aires y su teoría de sentirse menos loca en medio de tantas locas en un concierto de B-52, podría decir lo mismo, en medio de tanto irresponsable no habido o dado a la fuga, podria decirse que me consideraba el más responsable por haberla acompañado.

La puerta se abría de cuando en cuando asomándose la doctora, sacando la cabeza con ojos acusadores, buscando con la mirada, ¿Me buscaba a mi?, ¿De pronto diria, quien es el mierda que le hizo esto a esta pobre chica?. Afortunadamente no me buscaba, sino a una enfermera, pero ¿Y ella?, sigue adentro, cuanto más demorará.

Me sentía como un padre que espera el parto mientras su mujer puja y puja adentro, sudaba frio, esperaba, imaginaba, me conflictuaba, dramatizaba. Hasta que atravesó la puerta y cruzo por mi frente sin mirarme y se fue de largo al baño. Me puse en pie ipsofacto con el periódico en la mano mientras Bayly aún renegaba de las locas y las parejas felices, pense cuan feliz estaría de verme tan disociado de ella, que pasó impertérrita de frente al baño sin mirarme.

Espere casi con un pie adentro del baño de damas, las ansias me devoraban y deseaba saber todo lo que la ginecóloga le habia dicho; ¿Tiene algo?, ¿estará bien?, (y asi parezca un enfermo animal), ¿Cuándo volveré a hacerle el amor? Era una pregunta que retumbaba en mi cabeza más que las otras, no porque fuera más importante, sino que generosamente mi cerebro al intuir que no será contestada la colocaba como una de las más importantes.

Salió del baño y me sonrió comenzando a bromear, la verdad no me pareció nada gracioso que bromeara asi, no sabía lo que había pasado en esa sala de espera, aunque en realidad era yo quien no sabia que habia pasado ella, el que le auscultaran la vagina con una linterna y unas manos desconocidas no eran poca cosa. Pero no lo comprendí en ese momento. Supongo que bromeaba porque quería relajarse y olvidarse un momento de ello.

Salimos de la clínica sin que ella diga una palabra, esto aumento mi aún pasiva rabia y moderé mis ímpetus de querer saberlo todo, hasta le ofreci amablemente ir a una fuente de soda a beber algo y poder conversar ahí tranquilamente, lo veía apropiado el que estuviera sentada y calmada para que me cuente. No conte con que ella iba a comenzar a contarme sobre lo de la consulta en la calle en medio de la bulla de los carros.

Mi sugerencia para ir a un sitio más tranquilo no fue del todo agradable, es más, creo que hasta levanté la voz un poco, luego me excuse que era por el bullicio de los micros, la verdad si quería gritarle un poco, ella se enojo porque penso que no queria escucharla en ese momento, yo me enoje tambien y le dije “Piensa un poquito, ¿Como me vas a contar todo eso en medio de la calle?, vamos a otra parte”, frase que acabó por enojarla y verle los ojos de rabia y antes que pudiera anticipar una cachetada ella bajo la mirada y no me dijo nada. Callados en el paradero, esperamos un omnibus a su casa. Subimos.

La primera pelea

Que incómodo es viajar en ómnibus cuando estas enojado, es peor aún cuando estas adentro y “casualmente” se sientan separados porque no habian dos asientos juntos, que viaje tan pesado, lleno de preguntas, me formula alguna hipotética respuesta a lo que estaría pensando ella, ensayo una disculpa, caigo en una incertidumbre ùnica.
El que estemos sentados junto a ella durante todo el viaje tampoco mejora la cosa, al lado de ella me deformo tratando de lograr una rigidez marcial en el asiento en donde procura estar firme con la mayor compostura y no rozar su brazo o mano de ninguna manera, ya que estan “peleados”. Los ojos no nos harán mucho caso e intentarán hallarla al menor descuido, ella mirara por la ventana con los ojos perdidos, frios, lejanos. Como detesto eso. Sentir que se me va.

Seguimos por unos 15 minutos más de la misma manera, cada uno pago su pasaje sin mirar siquiera al otro, la frialdad continua y su helada compañìa me hace suyo y me congela los labios imposibilitandome una disculpa.
De pronto el chofer hace una maniobra propia de un taxista poniendo casi en dos ruedas el enorme omnibus como si fuera un Tico justo antes de dar un fuerte frenazo.

La mire asustado y ella a mi, le pregunte si estaba bien y la revise tocándole las manos y los brazos, estaban tan tibios y no helados como pensaba, esta tibieza me encontro y me lleno de calidez y justo cuando pensaba que la soltaría y cada quien seguiría en su asiento, no pude y la abrace intempestivamente y le pedi disculpas por ser un renegón, ella tambièn me abrazo.


Es curioso que lo que desunió lo vuelva a unir el caos mismo, el contexto que nos rodeaba proponía un acuerdo entre ambos para seguir juntos al menos el resto del día, aparentemente sin ninguna razón nos llevo a discuciones y nuevamente a nuestra unión.

Finalmente los abrazos reemplazaron las miradas de hielo y los silencios fueron expectorados por los besos, ya que es un particular en una relación que lo ridículo se tome por serio y lo serio se tome como indiscutible y esto crezca desestabilizando nuestra burbuja.

El comienzo de la relación esta lleno de muchas “Primeras veces”, algunos como detalles memorables e importantes que merecen archivarse y otros
prescindidles, otros más intensos e inolvidables con un vino y Closer en la TV y cuando hay suerte algunos pocos como las peleas, que terminarán en el olvido .


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Las primeras veces casi siempre son recordadas por todos. Recuerdo la primera vez que monté bicicleta, me tomó una hora seguida encontrar el equilibrio y pedalear dos veces continuas. También la primera vez que fui al colegio, recuerdo todos los detalles de ese día, desde que me levanté muy temprano hasta que regresé llorando a casa porque mi mamá olvidó recogerme. No creo que sea necesario tener una súper memoria para recordar cosas importantes, siempre he creído que uno lo hace con las cosas que más lo han marcado, las circunstancias, momentos o detalles que llevan implícitos una carga significativa especial. Humildemente puedo asegurar que tengo buena memoria, y no es que yo hable de mis virtudes, sino que muchas personas me lo han reconocido. Tampoco es que mi hemisferio izquierdo sea desarrolladísimo. Para mí el secreto está en la atención e importancia que le tomes a las cosas, por más vanas que puedan parecer.
Y bueno, en una relación de pareja suele pasar de todo por "primera vez", también está la primera vez que te olvidas de algo, y esto se torna en segunda vez y tercera vez. No es tan malo, creo. Olvidarse el nombre de alguna película, o peor aún, el nombre del director de la película. Damn, qué "angustia" cuando ocurre eso, me siento tan insignificante.

Pablo dijo...

Para An-ónimo:
Gracias por comentar y ser la primera, espero no seas la única.

Anónimo dijo...

Y cuándo vas a escribir sobre cine nuevamente? Ya se extraña esa columna.

gabi0ta dijo...

como dicen siempre hay una primera vez, la primera vez que vi porno, la primera vez q m saque la m. y luego atine a decirle a todos los q m miraron q estaba bien o la primera vez que m senti tan enamorada como para pintar la vereda del parq frente a su casa y decirle lo genial q es y lo mucho q lo amo..pero no todas nuestras primeras veces fueron magicas y gloriosas menos aun generadoras de traumas...pero creo q aprender de ellas pues es una buena forma de empezar a descubrirnos en una realidad no muy grata q siempre ha de llegar a nosotros...muy particular en el plano sentimental y sexual mi primera vez fue linda y extraña pero fue! ya con el tiempo la siguiente primera vez q tuve con mi siguiente enamorado pues fue muuuuuucho mejor (y es q no quiera desacreditar al primero)pero se m viene a la mente la pregunta: LOS HOMBRES REALMENTE CONSERVAN CUAL TROFEOS EL HECHO DE SACAR A UNA CHICA DE VIRGEN??CUAN PODEROSO T HACE ESO??....bueno primeras veces segundas o ultimas todas nos llevan a una cosa (creo yo):EVOLUCION.

Pablo dijo...

Para Anónimo 2:

Muchas gracias por comentar, yo tambien extraño comentar sobre películas, la próxima semana volvere a estar posteando el día miércoles o jueves.

Pablo dijo...

Para gabi0ta:
Gracias por comentar de nuevo, tienes razón en eso de que hay primeras veces que son pésimas, soibre todo en el plano sexual, la mía fue hasta las huevas y hasta vomite después al regresar a mi casa y sobre lo otro de que los hombres coleccionan como trofeos a las vírgenes creo contestarte con la verdad que en este caso es muy muy relativo, ya que si asi lo fuera no tendria ningun problema en decirlo, pero por mi parte no conozco mucha gente que se vanaglorie de desvirgar a alguien, es más, para hombres sensatos el estr con una virgen es un gran compromiso tanto asi que hasta a veces se escapan de ellas. En sí esto de la primera vez y las virgenes es todo un tema bien complejo y tendría mucho que decir, posiblemente postee algo sobre ello más adelante. Aunque este comentario ya parece un post jaja. Gracias.
PD
Quedó claro que algunos se jamonean que se comen más virgenes y otros no lo hacen verdad?.

Anónimo dijo...

Muy buena esa de la visita al ginecologo xD.. sigue enriqueciendo este blog de articulos o anecdotas, te deseo mucha suerte. Saludos.

TaVo

field dijo...

primeras veces...
En parte tiens razon xq asi es la naturaleza del hombre
y en cuanto a las indirectas claro q las odiamos si viene de alguien q te guste,
por lo contrario (sino pasa nada) te llega a donde ellas mas temen en su primera vez
y en resumen solo debemos de ser tenues en decir cualquier cosa, porque hasta para los
insultos exiten palabras alternativas q dicen lo mismo pero duelen menos.

Anónimo dijo...

no entiendo el comentario de field.

gabi0ta dijo...

bueno...yo si conozco patas que entre borracheras han sacado a relucir su lista de virgenes...pero creo q eso es y sera siempre un derecho eterno para el primero pues es como es EL PRIMERO!....igual creo q es machista..la proxima espero jactarme de tener yo tb algunos trofeos...bueno comento q eso de la evolucion q puse al final no es algo necesario, lo he pensado y creo q no toda primera vez te deja alguna enseñanza sino q t adentra en cosas desconocidas q simplmnt necesitas y deseas descubrir no siempre buenas claro esta!!no siempre se evoluciona quizas se da lo inverso....y lo d la visita al gine estuvo buena m hizo recordar mi primera visita acompañada de el.

Anónimo dijo...

oie Gabi0ta, yo tb quiero jactarme de tener trofeos. No sólo debe ser un poder que los hombres disfruten. Aunque es realmente eso un poder????? En el fondo son pretenciosos y estoy segura de que cuántas más vírgenes hayan desvirgado se sienten mejor.

Anónimo dijo...

esta espectacular el articulo creo que refleja la realidad de las relaciones de pareja . apesar de que en algunos caso lo dicho no siemrpe se cumpla , creo que en la mayoria puede dar fe de que eso sucede...

Anónimo dijo...

ya desde tiempo habia dejado de leer etiqueta negra(muy buena.)......este articulo me recuerda mucho....es muy bueno y no por que siempre da chispa y morbo estos temas pero la manera en que esta escrita lo hace interesante..........