Pasaporte negro

Según San Juanka.

¿Pirámide invertida? Seguramente más de uno está pensando en un curioso triangulito puesto de cabeza, pero en el ámbito periodístico es nada más y nada menos que la “piedra angular” de una profesión. Se trata de contar la noticia comenzando por lo más importante y continuar con los detalles.

Simplemente, es la forma más elemental para poder hacer cualquier escrito con corte periodístico. Incluso, con esta técnica, hasta el menos favorecido en el tema puede llamarse periodista sin saber realmente a qué se dedica (aunque éste no sea mi caso).

Además, la función primordial del periodista –aparte de trabajar gratis durante varios meses– es la de informar a una gran cantidad de personas, la cual está interesada, únicamente, en conocer la parte más importante de los cientos de acontecimientos que ocurren todos los días.

Dicho sea de paso, esta parte más importante se encuentra en el primer párrafo, en donde se resumen los datos más trascendentales. Evidentemente, muchos lectores –incluyéndome– omiten leer el resto de la nota pero no porque sean flojos, sino por la cantidad de eventos que nos agobian para realizar durante el día. Además, si a alguien no le gusta leer, puede ver televisión o escuchar radio, que para el caso es lo mismo, siguen utilizando este arte, pues, estos medios no cuentan con suficiente tiempo para expandirse en minucias.

Durante los cinco años de estudios, escuché repetidamente que la pirámide invertida puede llegar a convertirse en algo monótono y sin sentido, pero si deseamos leer un argumento emocionante, interesante, inquietante y hasta seductor entonces podemos comprar cualquier novela de esas que abundan –en versión pirata– en lugares como Amazonas, Quilca o el mismo Pasaje Malambito en pleno Centro de Lima.

Aunque con muchos de mis colegas he llegado a tener discusiones apasionantes sobre el tema, me queda claro que tengo estudios de periodista y no de literato. Aunque no descarto que los buenos periodistas escriben libros muy interesantes, guardando siempre esa magia que proporciona la pirámide invertida.