14 julio 2009

Saludos muy atrasados



Según San Juanka.

Juan Carlos no esperaba que se acuerden de él, muchos menos que le digan feliz cumpleaños. Era una cosa que nunca le había llamado la atención, aunque si alguien se acordaba de él con alguna molestia, éste no se molestaría.

Incluso ese día fue a trabajar con total normalidad. Bueno, claro que en su casa todos lo saludaron entre gallos y medianoche, puesto que era sábado y casi era regla general tomarse una licencia para dormir 5 minutitos más.

Al salir de su casa, dio algunos contados pasos cuando de repente escuchó un alarmante susurro proveniente de su tío, quien quería acompañar a Juan Carlos hasta la avenida mientras conversaban amenamente sobre el caluroso clima y demás asuntos.

Luego de unas horas, el joven trabajador regresaba a casa y por casualidades de la vida volvió a toparse con su tío a quien llamaremos con el seudónimo de “Polin”, para evitar que su nombre verdadero se vea afectado.

En estos momentos, Polin llegaba de arreglar unos asuntos en el banco y Juan Carlos le contó a grandes rasgos cómo le fue.

Al llegar a casa, recibe una llamada sorpresiva de su tío Polin, a quien ya había visto hasta en dos ocasiones en ese día.

Esa llamada era para disculparse por no haberse acordado del onomástico de Juan Carlos y que además se acordó porque su esposa le hizo recordar.

Si esos no son saludos muy atrasados, francamente no sé cuáles serían.