21 agosto 2009

Deliberaciones II: la muerte

Escribir sobre la muerte no es una novedad, la poesía más bien trata de responder a las múltiples preguntas que, desde siempre se ha hecho el hombre de cualquier cultura, época o creencia. Los poetas desde los tiempos antiguos y de las diversas civilizaciones han plasmado su visión personal o colectiva acerca de la muerte como el final de todo que el hombre hizo o deseó hacer. Gracias a ellos quizá nosotros los vivos entendamos que la muerte es algo natural, de la cual no se puede huir.

Muchos de los poetas de la lengua española han imaginado y respondido a su vez, a muchas de las preguntas que aún se hace acerca de la muerte y del más allá. Jorge Manrique en sus Coplas ya manifestó el tema de la muerte, otro libro en el que hallamos este tema es en Poemas de la Consumación, Nacimiento último de Vicente Aleixandre, Sonetos a la muerte de la Nobel Gabriela Mistral, el gran Neruda también escribe un poema llamado Solo la muerte, aparte de su monumental Residencia en la tierra; Enrique Linh escribió un buen poema llamado Monólogo del viejo con la muerte; Federico García Lorca, Leopoldo Panero y Miguel Hernández, en muchas de sus composiciones; el eterno poeta joven Javier Heraud también expresa su parecer sobre la muerte en muchos de sus poemas; Ernesto Sábato, en Héroes y tumbas; Miguel Otero Silva en Casas Muertas; Gabriel García Márquez en Crónica de una muerte anunciada. Reseño este poema del gran Tagore.

XCIII

Ha llegado la hora de mi despedida. ¡Desead-
me buen viaje, hermanos míos! ¡Oh saludo!
Dejo mi llave puesta en la puerta; renuncio a
todos mis derechos sobre mi casa. Concededme
tan sólo, al marchar, unas palabras de afecto.
Durante mucho tiempo hemos sido vecinos, y
recibí de vosotros más de lo que os pude dar.
Ahora el día apunta, y la lámpara que iluminó
mi oscuro rincón se ha apagado. Me han llamado,
y estoy dispuesto para emprender el viaje.

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